Mi
compañera inseparable de aventuras nunca me ha fallado. En su cesta guardaba
una lupa, una bolsa de plástico con el cierre hermético, una caja de clips, una
máscara que ocultaba parte de mi rostro si era necesario y una cámara de fotos
desechable. Con todo ello salía de excursión cada tarde durante las vacaciones
de verano.
Mis
inexpertos ojos descubrían nuevas especies de insectos y plantas que nunca había visto, encontraban nuevos caminos que me llevaban a lugares insospechados. La
aventura de vivir estaba comenzando para mí y ella iba siempre conmigo.
Han
pasado los años. Aún hoy me espera paciente en el desván dispuesta a marchar a
donde mi corazón nos lleve otro verano más. Tal vez esta tarde tome de la mano
a mi bicicleta blanca y vayamos juntas a descubrir el amor que se esconde en mi
primer beso a la orilla del mar. La aventura de vivir sigue adelante y ella
continúa a mi lado.
Feliz Día mundial de la bicicleta
Pixabay |
Muy bonito!!
ResponderEliminarGracias, Mer mer.
EliminarSon recuerdos de la infancia y de la adolescencia que viene a mi mente cuando vea a mi vieja bicicleta. Antes casi todos teníamos una bici que nos acompañaba en nuestro vivir.
Un beso.