jueves, 3 de diciembre de 2015

A cámara lenta

Foto: Lola Pena.
Entre nosotros sólo había una mesa redonda con nuestras tazas. La mía con café; la suya con una infusión. Mi mente comenzó a pensar por sí misma, sin contar conmigo. Mi respiración se aceleraba al tiempo que me iba infundiendo el valor que necesitaba. Entonces fijé mi mirada en sus ojos. Ella también me miraba extrañada por mi quietud, mi silencio.

Me incorporé de la silla poco a poco sin desviar mi vista de su rostro, de sus ojos. Mi corazón bombeaba cada vez más rápido mi sangre. La breve distancia que había entre nosotros hacía un instante me pareció que se había convertido, de repente, en varios kilómetros. Hasta que llegué a sus labios y la besé.

Un beso explosivo que me llenó de felicidad. El primer beso de todos los millones de besos que vendrían después a lo largo de nuestra vida juntos. En tardes de invierno como hoy me gusta sentarme con una taza de café bien caliente entre las manos y recordar aquel instante vivido con ella como si lo estuviera viendo en un vídeo a cámara lenta.

(Publicada en Sttorybox)

lunes, 30 de noviembre de 2015

El lápiz mágico

Lisboa se mostró ante sus ojos con toda su esplendorosa belleza decadente. Desde el mirador de Santa Lucía, Serra veía el mar de tejados extenderse hacia el Tajo. Habían pasado cinco años desde la última vez que pudo estar allí. Buscó un sitio para sentarse a la sombra en la terraza de un quiosco de bebidas que había en la plaza, cerca de la barandilla que le regalaba la mejor vista de la ciudad. El calor exigía tomarse algo fresquito. Quizás estaría bien beberse una cerveza. Tal vez una Sagres. En un viaje nostálgico repleto de recuerdos sentir de nuevo el sabor de una cerveza portuguesa en la boca iba a ser una buena sensación.

Entonces Serra sacó de su mochila de viaje un cuaderno de dibujo y su lápiz nuevo. Quería plasmar en el papel el paisaje que estaba observando como tantas otras veces había hecho en el pasado. El cuaderno lo había traído desde su casa, pero el lápiz se lo había olvidado sobre la mesa de su despacho. Así que no le había quedado más remedio que comprarse uno al llegar a Lisboa. Estaba visitando el Chiado y antes de llegar al café “A Brasileira” para sentarse junto a su admirado Fernando Pessoa a tomar una “bica” se topó con una librería antigua cuyas paredes estaban tapizadas con libros de arriba a abajo. Allí compró su nuevo lápiz de dibujo.

El negro carbón del lápiz rasgaba con delicadeza el papel trazando líneas en apariencia sin sentido. Sólo Serra tenía en su mente lo que pretendía dibujar. Poco a poco, línea a línea, una sombra por aquí y otra por allí, el paisaje fue tomando forma. Un conjunto abigarrado de casas y tejados ocupaba todo el blanco del folio. Una estrecha carretera sinuosa discurría entre las casas. En ella Serra trazó un tranvía que descendía por sus raíles hacia el río.

Dejó a un lado sobre la mesa el cuaderno de dibujo y el lápiz. Descansó un rato su mano sobre el muslo de su pierna derecha. Después se frotó los ojos cansados y alzó la vista para mirar de nuevo el hermoso paisaje urbano.

De repente Serra oyó un ruidito cerca de él. Era como si alguien estuviera dibujando a su lado. Miró hacia el lugar del que provenía el agradable sonido que el lápiz hacía al rozar el papel. Pero no vio a nadie. Sin embargo la sorpresa que se llevó fue mayúscula.

Era su lápiz nuevo que parecía tener vida propia. Él solo se deslizaba sobre el papel terminando de perfilar el dibujo que Serra había comenzado. Con la punta inclinada trazaba las últimas sombras que daban un mayor realismo al dibujo.

Serra no se podía creer lo que estaban viendo sus ojos. ¿Es que sólo lo veía él? Se incorporó en la silla y pegó su espalda al respaldo de la misma. Intentaba alejarse del lápiz aunque tampoco quería perderlo de vista para ver qué sucedía. Entonces recordó y entendió la conversación tan extraña que había tenido por la mañana con el hombre que le había atendido en la papelería.

“Si no tiene preferencia por ningún lápiz en especial llévese este modelo. Ya verá lo contento que queda con él. Le saldrán los dibujos prácticamente solos” – le había dicho el tendero – “Nosotros lo vendemos mucho. Nuestros clientes lo llaman el lápiz mágico”.

En realidad no podía ser cierto que fuera un lápiz mágico que dibujara solo pero en aquel momento Serra no encontraba otra explicación plausible a lo que sus ojos estaban viendo.

El lápiz mágico bailaba sobre el papel mientras iba dibujando el paisaje que Serra había comenzado unos minutos antes. De una esquina a otra del folio trazaba sus líneas hasta que dio por terminado el dibujo. Entonces se dejó caer sobre el cuaderno quedando inanimado otra vez.

Serra sujetó el lápiz con una mano y el cuaderno con la otra. Miró el dibujo finalizado. Estaba perfecto. No le faltaba ni le sobraba ni una sola de las trazas que contenía: “Parece que he encontrado a mi compañero perfecto de profesión en este viaje. Los descubrimientos que hago en Lisboa nunca dejan de sorprenderme” – se dijo Serra al tiempo que sonreía.

En silencio guardó el cuaderno y el lápiz mágico en su mochila y comenzó a subir la empinada calle que le llevaría hasta el Castillo de San Jorge. Desde allí podría dibujar mejor el atardecer lisboeta.

(Publicado en Literautas, en la recopilación de textos del taller de escritura "Móntate una escena" Escena nº 29. Noviembre 2015)

viernes, 20 de noviembre de 2015

¡Al ladrón...!

La primera frase que me dijiste el día que nos conocimos fue lo que me enamoró de ti. Me estrechaste la mano con suavidad mirándome a los ojos. Maite acababa de presentarnos:

“Un beso legal nunca vale tanto como un beso robado”.

Después ya me explicaste que la frase no era tuya. Se la habías tomada prestada a un escritor francés del XIX (*). Lo que no me explicaste es por qué fueron esas las primeras palabras que me dedicaste.

Cierto que si hubieras comenzado con el clásico “Hola, ¿cómo estás?” de cualquier educada presentación al uso, yo te habría contestado de igual manera y probablemente ahí hubiera quedado todo.

Pero me envolviste en una nube de la que no supe y no quise bajarme. Los besos que me robaste a partir de nuestra primera noche juntos nunca me habían sabido tan dulces. Jamás una boca me ha dado tanto placer con sólo apoyar sus labios en los míos.

Lástima que después siempre vuelves al lado de tu esposa. Yo sé que los besos que a ella le das son distintos de los que me das a mí. Y prefiero quedarme con la ilusión de que los besos que me robas a mí tienen más valor que los besos legales que le das a ella.



(*)(Guy de Maupassant: Escritor francés del siglo XIX que escribió cientos de cuentos y alguna que otra novela y libros de viajes. Wikipedia)

(Publicado en MeGustaEscribir)

martes, 10 de noviembre de 2015

El príncipe rosa

Perdí un zapato mientras salía huyendo de la fiesta. Después de las doce de la noche toda la magia desaparecería.
Una semana después todavía no he recuperado mi zapato. Se lo ha quedado el príncipe para vestirse de princesa en sus ratos libres.

(Publicado en MeGustaEscribir)

martes, 3 de noviembre de 2015

Preparando un nuevo viaje

Una noche me despedí de ti guardando en una maleta los pedazos rotos de mi corazón. Los necesitaría en mi próximo viaje hacia el amor.


(Publicado en MeGustaEscribir)

lunes, 5 de octubre de 2015

Sin palabras

Acababa de recibir la noticia. Se presentó ante los periodistas que se agolpaban a las puertas de su casa y se quedó en blanco. No le salían las palabras. Ni una sola. Ahora que se había cumplido el sueño de su vida y que era el nuevo Premio Nobel de Literatura se había quedado sin palabras que decir.


Foto: Lola Pena

martes, 15 de septiembre de 2015

Una sonrisa infantil

Aquella mañana, lejos de su país, se quedó en blanco observando la sonrisa de su hija. Al final había valido la pena escapar de la guerra. Por ella.

(Publicado en MeGustaEscribir)

jueves, 6 de agosto de 2015

En la mente del hada

Foto: Alma Rural.


Mi mente está llena de ideas, de pensamientos, que van recorriendo todos sus rincones. No puede descansar ni un solo momento. Quiero hacer esto, y lo otro, y lo de más allá.

Mi mente necesita estar llena de ideas para sentirse viva, pero yo busco la serenidad que da elegir un camino a seguir. Centrarme en él sosegará mi mente y a mí me dará la calma que anhelo para poder hacer mi magia cada noche: un hechizo en forma de cuento de hadas que relataré a los niños antes de que se vayan a dormir. Así tendrán felices sueños.

miércoles, 29 de julio de 2015

El camino


Paso a paso conseguirás tus sueños, no lo dudes; pero para ello primero te tienes que poner a andar.


Foto: Lola Pena

miércoles, 8 de julio de 2015

Bendita esclavitud

Foto: Lola Pena



Soy esclava de tu sonrisa, esclava de tu boca.
Sin ellas no sé vivir.
Bendita esclavitud que me arrastra siempre a tu lado.

martes, 7 de julio de 2015

Cambios en el gobierno

Aquella noche supo con total claridad lo que tenía que hacer. Se asomó a la ventana. Pudo ver y oír a la gente del pueblo festejando en la plaza la buena nueva. Entonces cogió el libro de conjuros, lo echó al fuego y le dijo a la rana que nunca más volvería a ser príncipe ni a reinar. Sería un anfibio el resto de su vida.

martes, 30 de junio de 2015

Secretos de familia

Foto: Alba Balsa.

El corazón se le quedó helado, aterrado por el miedo, cuando escondida detrás de las cortinas del salón sorprendió a su madre besando a su tío.

Ahora ya sabía, sin duda alguna, que su verdugo había venido a casa para quedarse.

Nadie iba a poder defenderla salvo que le contara a su padre lo que ocurría las noches en que quedaba al cuidado de su tío.



(Publicado en en Sttorybox y en MeGustaEscribir)

lunes, 29 de junio de 2015

Horario de visitas

Foto: Lola Pena

  • Hoy he escrito mi carta para los Reyes Magos.
  • ¡Estupendo! Pero, ¿qué hago con la carta que me diste ayer? También era para ellos.
  • Esa puedes tirarla. Estaba incompleta.

Con resignación, Enrique se guardó una vez más otra carta repetida en el bolsillo de su chaqueta y besó a su madre en la frente. Ya se sabía de memoria cada juguete que ella pedía.

  • ¿Y cómo vas a mandar la carta? - preguntó su madre.
  • En cuanto salga de aquí voy a ver al Cartero Real y se la doy.
  • ¡Vale! ¡Guay!

(Publicado también en Literautas, en Sttorybox y en MeGustaEscribir)

jueves, 14 de mayo de 2015

Fin de trayecto

Foto: Lola Pena
El Señor Lápiz y la Señora Goma se fueron, cogidos de la mano, de paseo por la hoja hasta que llegaron a un punto. Por suerte era un punto y seguido. Así que decidieron hacer un paréntesis y descansar durante unos minutos.

Un poco más tarde dieron la vuelta a la hoja y siguieron andando juntos, paseando su amor. Lo malo fue que al llegar a la última línea de la hoja se encontraron de frente con un punto y final.

Y fue en aquel lugar donde tuvieron que acabar su historia de amor el Señor Lápiz y la Señora Goma. Ya no había más papel por el que seguir andando.

(Publicado en Sttorybox y en MeGustaEscribir)

martes, 12 de mayo de 2015

Al final del túnel

Foto: Lola Pena
Muy pocas veces en mi vida he sentido una felicidad igual. Mira que han pasado años; treinta para ser exactos. Y cuántas cosas se sucedieron en mi vida: mi boda con Luisa; el nacimiento de Vanesa; y, sin embargo, no he vuelto a sentir lo que sentí aquella tarde. Sería la inocencia de mis cinco años; sería mi descubrimiento de un nuevo mundo lleno de magia, colores, música… no lo sé. Fuera lo que fuese, fue algo único.

Yo iba andando de la mano de mi madre cuando entramos en aquel túnel oscuro. Recuerdo que me puse muy nervioso. A mí no me gustaba nada la oscuridad cuando era pequeño. Incluso hoy en día siguen sin gustarme los sitios con poca luz. Luisa dice que soy un poco maniático. Yo creo que es que tengo un poco de claustrofobia.

Pero aquella tarde iba de la mano de mi madre y eso me daba la confianza suficiente como para enfrentarme a lo que fuera. Al final del túnel se podía ver una luz. Era amarillenta como si fuera un sol al atardecer. También se oía un griterío. Las voces de otros niños llegaban a mí con nitidez. No me podía explicar qué estaría pasando allí para que hubiera tantas niñas y niños gritando.

A cada paso que daba por el túnel me entraba más miedo. Llegué a pensar que igual no había sido buena idea haberle hecho caso a mi madre. Ella me había prometido que aquello me iba a gustar, pero yo, en aquel momento, ya no estaba tan seguro.

Cinco pasos más y el túnel se habría acabado. En ese instante cerré los ojos y agarré con fuerza la mano de mi madre. Entonces mi madre se paró y yo a su lado. Tardé unos segundos en tener el valor suficiente para abrir los ojos de nuevo y ver lo que allí había. Era como si un arco iris se hubiera metido en aquel enorme espacio. Rojos, amarillos, verdes, dorados… estaban por todas partes.

Mi madre y yo buscamos nuestros asientos. Nos había tocado en una fila que era de color azul. Enfrente de nosotros había un gran círculo repleto de arena. Detrás de él había una gran cortina roja y dorada.

De repente todo se quedó a oscuras. Tan sólo un punto de luz iluminaba el centro de la gran cortina. Era como si una luna llena hubiera bajado del cielo para ponerse allí. Todas las niñas y niños nos habíamos quedado mudos a la espera de lo que pudiera suceder.

En aquel momento la roja cortina se abrió por la mitad y salió andando un hombre vestido con un traje azul y un sombrero muy alto. Se encaminó hacia la mitad del círculo de arena donde nos hizo a todos una reverencia a modo de saludo:

“Buenas tardes a todas las niñas y niños, a todas las mamás y papás, a todas las abuelas y abuelos, que han venido esta tarde a ver el espectáculo del Circo Magic. Sean bienvenidos”.


Todos empezamos a aplaudir a rabiar, a sonreír. Me sentía pletórico, feliz. Estaba deseando ver a los payasos, a los equilibristas, a los leones… Y entonces fue cuando los tambores comenzaron a sonar.

(Relato participante en el Taller nº26 "Móntate una escena" de Literautas. Mi relato es el número 14.)

(Publicado en MeGustaEscribir)

miércoles, 15 de abril de 2015

Al Atardecer


Hoy no voy a desnudar mi alma ante ti. El desnudo integral mejor lo dejamos para otro día. De momento, confórmate con mi cuerpo.




martes, 14 de abril de 2015

En tinieblas

Aquella mañana no amaneció. El sol no salió a su hora. Estaba muy ocupado besando a la luna. El eclipse dejó todo a oscuras para que nada molestara a los amantes.


Foto: Carlos Timiraos.


(Publicado en MeGustaEscribir)

viernes, 27 de marzo de 2015

Clases de dibujo


Tomó mi cuerpo como un lienzo en el que plasmar todas las tonalidades de nuestro amor.


Foto: Lola Pena

(Publicado en MeGustaEscribir)

jueves, 26 de marzo de 2015

Viviendo según los tópicos

Foto: Lola Pena.

-  “Oye, nunca llueve a gusto de todos, Pepe, y, sin embargo, no hay mal que por bien no venga”.

-  “Vaya consuelo que me das, Manolo. Y ahora me dirás que después de la tempestad, viene la calma y que el tiempo todo lo cura”.

- “Pues claro que sí, Pepe... Ya lo verás. Tú piensa que mientras hay vida hay esperanza y que al mal tiempo hay que ponerle buena cara. Eso va a ser lo que tienes que hacer”.


Los dos amigos se dieron un fuerte abrazo en la puerta del bar del que acababan de salir. Tras una buena charla delante de unos cafés y unos chupitos, Pepe se sentía más unido y agradecido a Manolo de lo que jamás pensó. La vida le había quitado la empresa de construcción que con tanto esfuerzo había levantado, pero también le había regalado amigos como Manolo. Su amigo siempre tenía el refrán perfecto para cada ocasión. Era su forma de pasar por la vida. A lo mejor él iba a tener que aprender a vivir según los tópicos, como Manolo. A él, después de todo, no le iba tan mal.

Derecho de devolución

Cuando tú sonríes, el mundo te devuelve sonrisas.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Otro contagio más

Hagamos que un nuevo virus se expanda por el mundo. No te pongas la vacuna porque evitará que te infectes.
Contagia amor, verás que bien sienta.

Foto: Choli Timiraos Labaen.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Transformación total

El día que ejecutó su primer desahucio se convirtió en otro ser. De nada les sirvió a sus clientes que negociaran mejores condiciones económicas para poder continuar con el pago de las letras de su hipoteca.

Tampoco sirvió de mucho que le pidieran la dación en pago de la vivienda. Tendrían que seguir pagando las letras pero el desahucio no se podía parar.

Ahora que el banco le había enseñado cómo se podía chupar la sangre a los clientes; ahora que conocía cómo sabía la sangre cuando se mordía la vena yugural de una persona; ahora no podía dejarlo...

Después de todo, chupar la sangre a los clientes del banco no era tan mal trabajo. Pero le había transformado, sin quererlo él, en un vampiro sin escrúpulos.

(Publicado en MeGustaEscribir)

lunes, 2 de marzo de 2015

¿Qué hay para cenar?

Foto: Lola Pena
Todo el público que había en el auditorio se quedó en silencio a la espera de oír las primeras notas musicales. Un imponente piano de cola ocupaba la parte central del escenario. La tenue luz sólo iluminaba las manos del pianista. Entonces el sonido de un móvil surgió del fondo oscuro de la platea.

El pianista se levantó de su taburete, bajó del escenario y anduvo hasta el lugar del que provenía la estridente música. Mirando con cara de pocos amigos al dueño del móvil extendió la mano hacia él como pidiéndole que le entregara el teléfono.

.- “¿Y bien? ¿Cuál es la excusa esta vez?” - preguntó el pianista.

.- “Lo siento, Santi, pero tenía que contestar. Era mamá que quería saber si nos esperaba para cenar. Ha hecho croquetas. Le he dicho que dentro de un rato iríamos”.


(Publicado en MeGustaEscribir)


viernes, 13 de febrero de 2015

Sonríe

Foto: Lola Pena
Llenó de agua la bañera. ¡Total...! Iban a pagar lo mismo gastara más o menos agua, así que, ¿por qué no hacer un exceso?. Otra cosa sería ponerse a comer y beber todo lo que hubiera en la mini nevera. Hasta ahí sí que no podía llegar. No podían subir más los gastos de hotel.

Echó un poco de gel espumoso dentro de la bañera y agitó el agua con la mano. Se quitó el albornoz e introdujo su cuerpo en la cálida espuma. Una sensación muy agradable le recorrió toda la espalda. Deslizó despacio su mano sobre el tatuaje que se había hecho hacía quince días en el muslo de la pierna derecha. Otro exceso más que se escapó de su control.

Escuchó como Raúl abría la puerta de la habitación:
.- "Cariño, estoy aquí, en el baño... Vente, que el agua todavía está caliente".

Raúl se acercó a la entrada del baño y apoyándose en el lateral de la puerta se quedó mirando hacia Laura.

.- "¡Qué hermosa estás! No me puedo creer la suerte que tengo de estar contigo".
.- "Ni yo que tú me hayas hecho renacer. Estaba muerta en vida antes de conocerte" - dijo Laura al tiempo que estiraba el brazo hacia Raúl invitándole a meterse con ella en la bañera.

Desde que Raúl había entrado en su vida todo era distinto. Ya no se reconocía ni ella misma. Sus amigas le decían que no iba por buen camino;  su familia estaba preocupada por ella. No actuaba como siempre lo había hecho; no vestía ni hablaba como ella acostumbraba a hacer. Lo que sí que hacía ahora era sonreír.

(Publicado en WattPad y en MeGustaEscribir)

domingo, 1 de febrero de 2015

Hoy tengo algo que decirte...

Amor, no esperes que te diga palabras bonitas. Ya sabes que yo no soy de esas cosas. Yo no sé decirte te quiero ni quedarme abrazado a ti mirando una puesta de sol. Para mí la belleza eres tú y cuando no estás la tristeza lo invade todo. Juntos descubrimos lo que se puede llegar a sentir con un beso sincero. Nunca nadie me había hecho sentir así hasta que te conocí.

Y es que cuando estoy contigo me siento fuerte, único... Cualquier problema me parece una nimiedad a tu lado. Mi hogar y mi paz están donde estás tú. No cambio por nada en el mundo los momentos que hemos pasado juntos.

¡Vaya! Pues parece que por una vez en mi vida me estoy poniendo ñoño y cursi; romántico, como dirías tú.

Lo que pasa, cariño mío, es que hoy tengo algo que decirte. Me falta el valor para poder decírtelo en persona; por eso te escribo esta carta.

Ya sé que te prometí que siempre iba a estar ahí, a tu lado. Y te juro que hasta el último segundo de mi vida así será. Aunque ese segundo, por desgracia, está más cerca que lo que hubiéramos podido desear. Los resultados médicos que he ido a buscar hoy al hospital le han puesto cara a la muerte. No te dije nada porque no quería preocuparte. Tan sólo nos quedan unos meses; en el mejor de los casos, medio año.

No te tomes esta carta como una despedida; es un hasta luego. Me aferraré a los últimos minutos que podamos vivir juntos. Seguro que serán tan hermosos como todos los que hemos vivido hasta ahora. Te dejaré que me pidas todos los besos que tú quieras y te diré te quiero todos los días que me quedan de vida. Mi pena es que no puedo dejar de amarte. Tu pena será verme partir hacia un viaje sin retorno.

Ojalá hoy no hubiera tenido nada que decirte, mi amor.

(Publicado en MeGustaEscribir)

miércoles, 14 de enero de 2015

Y si te dijera...

Y si te dijera que
anhelo la llegada de la mañana
tras la larga noche
para poder oír tu voz...

Y si te dijera que
pienso constantemente
en la última caricia
que tu mano le regaló
a mi piel...

Y si te dijera que
todavía te espero
sentado en el sillón
desde que un día te vi partir
en brazos de la muerte
para no regresar jamás.

Anhelo, pienso, espero
a que la vida me lleve
al sitio en el que tú estás
para juntos poder estar
por lo menos una vez más.


martes, 13 de enero de 2015

El final de nuestra historia de amor

Aquella noche de luna llena descubrió que no había sido tan buena idea dejar su cadáver a la orilla del río. ¡Con tanta claridad lo podría ver cualquiera...! Ahora tendría que esconderlo en otro sitio. Pero, ¿dónde?

No quería que descubrieran lo que había hecho con su marido por lo menos hasta que hubiera desaparecido del pueblo. Así que tendría que encontrar otro lugar ideal para escenificar el final de su historia de amor con Paco. Y rápido, antes de que llegara la guardia civil a buscarla.

Foto: Lola Pena

miércoles, 7 de enero de 2015

Con el mismo disfraz de siempre


  • Tengo el mismo propósito de siempre pero disfrazado de Año Nuevo.
  • ¿Y cuál es ese próposito? ¿Tener más tiempo libre? ¿Hacer aquello que te gusta? ¿Ser feliz?
  • Sí, quiero ser feliz, pero a tu lado siempre.

martes, 6 de enero de 2015

Preparando el pedido

Foto: Lola Pena


El 2015 no comenzó en martes. Los Reyes Magos decidieron retrasar dos días la llegada del Año Nuevo. Necesitaban un tiempo extra para preparar los últimos regalos pedidos. Al final comenzó un jueves.

viernes, 2 de enero de 2015

Belleza

Te siento bella
cuando estás alegre.
Eres la misma
cuando estás triste,
pero entonces
no te siento hermosa.

Tu rostro desencajado

muestra el dolor 
que tu corazón siente.
Busca encontrar de nuevo
la alegría, te lo ruego.
Necesito tu belleza,
necesito tu compañía.