Desde ayer nada es igual y todo sigue inmutable.
El silencio roto por el tic-tac del reloj.
Espero, aguardo, suspiro por el roce de tu mano en mi rostro.
Despacio recorro tus pasos, sigo tus huellas.
El dolor rompe el espacio.
Anhelo, confío, respiro tu aroma en mi piel.
Anhelo, confío, respiro tu aroma en mi piel.
Ordeno tus libros una y otra vez buscando tu espíritu.
El tiempo marca la distancia, y la distancia, tu ausencia.
Tus ojos dibujaron el final de nuestro camino.
Mi boca calló y otorgó la duda a tus sentimientos.
Muy bonito el poema, ¿es tuyo? lo pregunto porque no soy muy asiduo lector de poesia y nunca lo he escuchado. Saludos desde lejanas tierras.
ResponderEliminarGracias Raúl por tus agradables palabras.
ResponderEliminarSí, el poema es mío. Lo escribí recordando unos ojos que una vez perdí... Así es la vida.