Foto: Alba Balsa. |
El corazón se le quedó helado, aterrado por el miedo, cuando escondida detrás de las cortinas del salón sorprendió a su madre besando a su tío.
Ahora ya sabía, sin duda alguna, que su verdugo había venido
a casa para quedarse.
Nadie iba a poder defenderla salvo
que le contara a su padre lo que ocurría las noches en que quedaba al cuidado
de su tío.
(Publicado en en Sttorybox y en MeGustaEscribir)
(Publicado en en Sttorybox y en MeGustaEscribir)
Intrigante microrrelato!!! Felicidades te deja con ganas de saber más
ResponderEliminarGracias por tu comentario y por la lectura, Cuarta Lobo. Me alegra que te haya gustado.
Eliminar