Foto: Lola Pena |
Todo el
público que había en el auditorio se quedó en silencio a la espera
de oír las primeras notas musicales. Un imponente piano de cola
ocupaba la parte central del escenario. La tenue luz sólo iluminaba
las manos del pianista. Entonces el sonido de un móvil surgió del
fondo oscuro de la platea.
El
pianista se levantó de su taburete, bajó del escenario y anduvo
hasta el lugar del que provenía la estridente música. Mirando con
cara de pocos amigos al dueño del móvil extendió la mano hacia él
como pidiéndole que le entregara el teléfono.
.-
“¿Y bien? ¿Cuál es la
excusa esta vez?” -
preguntó el pianista.
.-
“Lo siento, Santi, pero
tenía que contestar. Era mamá que quería saber si nos esperaba
para cenar. Ha hecho croquetas. Le he dicho que dentro de un rato
iríamos”.
(Publicado en MeGustaEscribir)
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Me muero de risa!!! Grande!!! Qué bueno!!!
ResponderEliminarMe alegra que te haya alegrado el día, Nuria. Un beso.
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